![]() |
"Hartazgo" - Flavio Zarck |
Ando enfrascada en el fin de curso, ahora sin niños y con la pesada "burrocracia" a la que nos somete la administración, también soy correctora en las PAU (esto terminará el próximo 29) y por supuesto sigo siendo una buscona, en el sentido de que voy dando los pasos necesarios para conseguir mi propósito, aunque no sea fácil, pero de esto último no me apetece hablar, porque no sé si os pasa, pero después de darle tantas vueltas he decidido simplemente pasar a la acción e ir dando pasos sin pensar demasiado en los siguientes.
La cuestión es que hoy necesitaba un desahogo, llevo unos días muy regular, con la ansiedad disparada, muchos rato de tristeza, y siento que no tengo tiempo para mí y para mis cosas. Para cuidarme, mimarme. Puedo resultar quejica, y algunos pensaréis, "si te quedan días para las vacaciones". Sí, es así, pero siento que ocupo mi tiempo con mil cosas y siempre estoy aceptando propuestas de los demás para tratar no disgustar a nadie, salvo a mí misma.
Y claro, a veces, pues estallo. Estos son días de muchos compromisos laborales y sociales, no sé cuántos días hace que no como en casa, y para mí es un aspecto importante, al que a menudo quienes me rodean quitan importancia. Tengo problemillas de estómago, el estrés afecta mucho a esa parte de mi cuerpo, y además soy intolerante a la lactosa y hay muchas cosas que la contienen y que no debo comer. Así que igual que mucha gente disfruta comiendo fuera a menudo, a mí me gusta cuidarme, disfruto haciéndome cosas que me gustan y además me sientan bien (a veces es sólo una ensalada, un licuado de frutas o una tostada con mi té favorito), pero a veces me siento incomprendida, y llega un punto en que me pongo de mala leche cuando la gente insiste en cosas del tipo: "cómete uno, anda que por uno no te pasa nada", o te piden otra cerveza o vino sin pedirte tu opinión, es como cuando has dejado de fumar (lo sé porque soy exfumadora desde hace algo más de 8 años) y la gente te dice en un sarao "por un cigarro no pasa nada".
Luego, con tantas horas fuera y llegando a casa para ducharme y dormir mi casa anda hecha un cajón-desastre, limpia pero desordenada, cosa que no me ayuda a sentirme mejor, porque el caos visual a mi alrededor me saca de mis casillas, y no os digo nada cuando trato de encontrar algo y no hay manera. Ejemplos varios: en mayo estuvimos de viaje en Córdoba, el costillo me regaló un pequeño objeto de decoración que me gustó mucho en una tienda, es una simpleza, pero sigue por algún rincón de esta casa (no muy grande) en el envoltorio en el que nos lo dieron en la tienda, pero no sé dónde. He comprado ropa recientmente (o no tanto) que necesito arreglar (bajos de un pantalón, el largo de un vestido), y ahí andan colocados en algún lugar a la espera de tener unos minutos. He comprado platos y vasos nuevos, más bonitos, y ni tiempo me ha dado de colocarlos o usarlos, también andan ahí almacenados en un rincón.
Y hoy al fin tengo tiempo, para desayunar lo que me apetece tranquilamente, para almorzar una comida rica cuyos ingredientes compré ayer, para bajar a la piscina, o la playa, o tirarme en el sofá o en la terraza a leer un libro, o coger la máquina y ponerme a coser, para tener el móvil apagado y que nadie me moleste. De esto tengo ganas hoy, pero de nuevo tengo propuestas para salir a comer y a merendar, pero no quiero y no me apetece, y a veces me cuesta mucho decir un rotundo NO, porque parece que una es rara si dice que no le apetece.
En esto hay otro aspecto impotante, este curso ha sido difícil para mí, al nada de empezarlo me dieron la baja por riesgo de aborto, riesgo que como ya sabéis terminó haciéndose realidad, cuando conseguí levantar cabeza vino lo de mi padre, en fin que no he sido yo unas castañuelas con los compañeros y amigos este año, y ahora que empecé a salir del cascarón y a relacionarme más parece que no pudiera rechazar ningún plan, y os parecerá una tontería pero me agobia.
A veces, y a riesgo de que el costillo me lea (que sé que a veces lo hace), él también me agobia, cuando me dice que soy muy cuadriculada, o que salimos poco, y yo siento que no paro, de salir y de complacer a los demás.
Llegado este punto me he desahogado al compartirlo, aunque releyendo lo escrito me pregunto a quién podrán interesarle estas palabras. Pero ésta es mi bitácora, así es como me siento y me gustaría dejarlo aquí.
¿Os pasan estas cosas a vosotros? ¿Puedo parecer un bicho raro a ojos de los demás?
Por favor, que llegue pronto el día 1 de julio y que comiencen las VACACIONES. Yo sólo necesito tiempo y descanso.
*La imagen que acompaña este post a tomé de la red, es "Hartazgo" una escultura de Flavio Zarck.