martes, 26 de agosto de 2014

EL CORAZÓN HELADO - ALMUDENA GRANDES

Como bien dice la propia autora al final de esta obra, "El corazón helado" es una novela en el sentido más clásico del término, siendo de principio a fin una obra de ficción, que sin embargo guarda mucha semejanza con la realidad de aquellos años tan duros por los que pasó nuestro país. Y es precisamente eso lo que más me ha gustado del libro.

A veces una casualidad (o no) es lo que hace que nos decantemos por una lectura u otra, era el mes de julio, estaba yo de vacaciones en Madrid, y estando en la Plaza de la Guardia de Corps en el barrio de Conde Duque, por recomendación de Eva (Itacabuscandoaulises) desde mi móvil me puse a leer su entrada sobre este barrio para recordar cuáles eran sus recomendaciones, ahí hablaba de ese libro y esa misma noche lo empecé.

De Almudena Grandes, si mal no recuerdo, creo que es la tercera novela que leo (tras "Las edades de Lulú" y "El léctor de Julio Verne", que me enamoró). En cambio, sí he sido una asidua lectora de sus columnas en El País y la he oído en intervenciones radiofónicas, principalmente, siendo Almudena Grandes una mujer comprometida a la que admiro muchísimo precisamente por ello. Se nota en sus novelas, muy bien documentadas, que cursó la licenciatura de Geografía e Historia y por supuesto si hay un período que conoce y del que habla en sus obras, es el de la Guerra Civil española y la postguerra, un tema del que se ha escrito mucho, pero la virtud de su obra es contar historias cotidianas dentro de ese período y hablar de personajes que de otra manera hubieran quedado relegados al olvido, porque Almudena escribe desde la óptica y del lado de los perdedores, de aquellos que no ganaron la guerra y sufrieron las más duras de las postguerras, siendo a menudo víctimas de venganzas, rencillas y de un odio encarnizado por parte del bando sublevado, de los vencedores de una lucha fratricida que dividió nuestro país.

La historia de "El corazón helado" es la historia de Álvaro Carrión y Raquel Fernández, que se conocen de un modo extraño en febrero del año 2005 justo cuando Álvaro junto a su madre y hermanos entierra al cabeza de familia, Julio Carrión, un poderoso hombre de negocios que hizo fortuna en los años del franquismo.

Álvaro es el único miembro de una familia de cinco hermanos que no ha querido seguir la estela familiar de dedicarse al mundo de los negocios, como sus otros dos hermanos varones. Él es muy diferente a su familia, no sólo por dedicarse a la docencia universitaria, sino también por su modo de vida y sus ideas políticas. Su vida se cruza con la de Raquel, hija y nieta de exiliados en Francia, en una fría mañana de febrero en el cementerio de Torrelodones (pueblo natal de su padre y donde es enterrado), y ya nunca volverá a ser igual. Conocer a Raquel hace que el mundo seguro en el que Álvaro ha vivido hasta entonces vea tambalear sus cimientos y  comprenderá que "el todo sólo es igual a la suma de la partes cuando las partes se ignoran entre sí".

Julio Carrión dejará a sus hijos, además de una sustanciosa herencia, muchos puntos oscuros sobre su pasado que son un misterio para estos, aunque parece que sólo sea Álvaro el único interesado en aclararlos.

Para Raquel en cambio, el pasado de su familia es una historia cercana que conoce bien de la mano de sus abuelos, principalmente por la relación especial con su abuelo paterno, Ignacio, que la acompaña en sus paseos por Madrid y le cuenta historias sobre cómo era su vida en el Madrid de le guerra civil y en su posterior exilio en Francia. Hay sin  embargo un episodio oscuro, misterioso, extraño, y nada divertido que Raquel guardará como un secreto por siempre en su memoria, sin tener muy claro el significado de esa mañana de sábado en la que acompañó a su abuelo a ver a "unos amigos" con quienes tenían un asunto por resolver.

A través de la vida de estas dos familias, los Carrión y los Fernández-Perea, Almudena Grandes nos relata un trozo de vida y de Historia de nuesto páis, desde la Guerra civil, la postguerra y la Transición hasta nuestros días, porque sin duda nuestro pasado está ahí, siendo aún muy reciente como para olvidar sus secuelas, que por otra parte siguen estando aún (lamentablemente) muy presentes en nuestra sociedad, y que desde mi punto de vista (y no me gusta opinar de estos temas que pueden generar controversia en el blog) seguirán estando ahí, como heridas abiertas, hasta que al bando de los que perdieron la contienda se les permita enterrar (cuando no encontrar) dignamente a sus muertos.

Los personajes están todos muy bien trazados, a través de sus páginas una no puede evitar simpatizar y hasta cogerles cariño a ciertos personajes y detestar a otros. Y degraciadamente y aunque la historia sea ficción, uno no puede evitar pensar a lo largo de sus páginas en todos esos Mateos, Ignacios, Carlos, Anitas o Palomas, que han cargado a sus espaldas historias como éstas, y en esos desalmados Julios, Benignos, Angélicas o Marianas que salieron adelante pisando a los demás y sin tener un ápice de bondad en sus corazones.

Decía antes, que me gusta de Almudena que es una escritora comprometida, a nadie se le pasa por alto que de izquierdas, y no hay más que leer una de sus novelas o columnas para saber de qué parte está. Ella además lo explica bien clarito en sus obras. Con lo cual puede haber ciertas personas a quienes sus historias no les gusten precisamente por ese motivo (conozco a algunos).

No quiero desvelaros mucho más, sólo si me lo permitís, y aún a riesgo de ser pesada, algunas citas de este libro que me ha gustado tanto.


"Luego, en agosto, llegaban sus padres y los llevaban en el coche a Fuengirola, a comer en la playa, y a Mijas, a montar en un burro, y a Ronda, a ver los toros, y los últimos días del verano todos se ponían muy tristes, tanto que Raquel sentía que ellos no volvían, sino que abandonaban, que se exiliaban de las buganvillas y de las adelfas, de los naranjos y de los olivos, del olor del mar y de los barcos del puerto, de las tapias encaladas y de las casas blancas, de las ventanas florecidas y la sombra de las parras, del oro del aceite, de la plata de las sardinas..." (En este punto el libro me enterneció mucho, quizás por mis propias experiencias vitales, no pude dejar de pensar en este relato que un día yo escribiera en otro sitio)

"¿Cómo va a aceptar Franco una paz negociada si nos estamos matando entre nosotros? ¿Alguien lo entiende? Ni que fuera gilipollas...¿Ahora, que le están poniendo la victoria en bandeja, va a negociar? ¿Negoció en Asturias en el 34, negoció después de tomar Badajoz, negoció cuando ordenó a los alemanes que bombardearan a los refugiados que iban de Málaga a Almería andando por la carretera?".

"El asombro que se consolida se convierte en una certeza mucho más asombrosa, y los únicos milagros que valen la pena son los capaces de repetirse".

"Sonrió, porque sobrevivir consiste en seguir sonriendo".

"Raquel Fernández Perea pasó por mi vida como pasa la suerte, como pasa la muerte, como pasa el azar que cambia de una vez y para siempre el destino de los seres vivos".

"No hay nada que odie más en este mundo que a la gente que alardea de no saber nada, a las personas que presumen de ser como animales, no las puedo soportar, no las soporto". (La frase es de Álvaro, pero podría ser mía, yo tampoco las soporto).

Gracias Eva por este recomendación tan estupenda.






4 comentarios:

  1. creo que lo tengo descargado en formato electrónico, lo miraré y si no lo busco que me ha gustado la recomendación.
    almudena grandes habla muy bien y es muy maja, yo he ido a verla a un par de conferencias, en una hasta le di un poco la brasa con un proyecto de máster que estábamos haciendo a ver si nos echaba una mano (no lo hizo pero al menos se dignó a escuchar).
    qué bonito relato escribiste. se me han puesto los pelos de punto con esa despedida...
    un beso

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    1. Mi propio blog me boicotea (te había escrito otra respuesta). Decía que seguro que te gusta el libro, a mí me ha recordado mucho la historia de mi tío, al que escribí esa despedida, que me alegra te haya gustado. Un beso. (Ya te encontré por IG)

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  2. A mí también me enamoró "El lector de Julio Verne", aunque después leí "Inés y la alegría" y aquello ya fue lo más. Tengo esta novela esperando en la balda de libros pendientes por leer; se me acumula el trabajo...

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  3. Me he vuelto a pasar porque recuerdo haber leído tu reseña en el móvil y no estaba segura de haberla comentado. Veo que no lo había hecho. Me alegro muchísimo de que te hayas animado a leer este libro y que te haya gustado tanto. Ahora tienes que empezar con la serie de Episodios Nacionales, estoy segura de que Inés y la alegría te encantará. El lector de Julio Verne, para mí es la más floja de las tres. Si te ha gustado, te gustarán más las otras dos :)

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