martes, 6 de marzo de 2018

EL TÉ DE LOS LUNES II, EN MARTES

"El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo."

Una vez, alguien que fue mi amiga (o quizás no) me dijo "que lo que no se nombra no existe, tal como se dice de los primeros tiempos de Macondo", y lo cierto es que durante mucho tiempo, yo misma he usado esa frase, que ahora que la pienso, en absoluto tiene que ver con esa idea que tan bien expresó García Márquez en su novela. Y me doy cuenta de lo equivocadas que estábamos, porque lo que no se nombra no solo existe, y sigue estando ahí, sino que muchas veces, a fuerza de intentar negarlo u ocultarlo se va haciendo más grande, lo vamos alimentando, pero no ponemos solución o no ubicamos aquello que sea que sí existe y está.

Ejemplo, negar que tienes un problema no es igual a solucionarlo.

Me viene a la cabeza la amistad, a raíz de una conversación que mantuve ayer en la distancia con una amiga. Y es que hay gente que desparece de nuestras vidas, a veces por un malentendido o una tontería, y otras veces lo hacen a la francesa, quedándonos con la incertidumbre de qué fue y por qué pasó. A veces son alejamientos progresivos, y otras veces "se corta por lo sano" como se suele decir, y de un tirón.

Hay dos personas que salieron de mi vida de este modo, nunca he sabido por qué ya no están en ella, y es muy cierto que cuando pasa el tiempo te lo preguntas, te planteas si hacer algo, qué puedes hacer, pero parece que ya no tuviera sentido.

Una de ellas me alejó hace algo más de 9 años, hubo una separación física, primero ella se marchó temporalmente fuera del país, y luego yo me marché (definitivamente) del lugar donde ambas vivíamos. No necesariamente esta separación física debió ocasionar un alejamiento, pero el caso es que pasado el tiempo lo fue. No sé qué pudo ocurrir, de hecho tuve varios intentos de contacto con ella, pero nunca hubo respuesta alguna. Y es alguien a quien hecho de menos, porque raras veces he congeniado tanto con una persona y lo he pasado tan bien. Es alguien que me ayudó bastante,en muchos sentidos, de quien aprendí, con quien superé complejos, por todo ello, a día de hoy, le sigo dando las gracias. Quizás es que hay amistades o relaciones que tienen su momento y después se esfuman, no lo sé.

De la otra persona no hace tanto, y fue una relación de amistad mucho más larga que la anterior, despareció de mi vida en uno de mis peores momentos, me dolió mucho cuando lo supe, porque aquí si hubo, digamos que un mensaje (aunque no directo a mí), me costó asimilarlo, pero ahora que lo pienso, aunque fue más larga no fue tan intensa, y también pienso que en este caso no hay intento por mi parte que merezca la pena, porque esta persona y yo, quizás  nunca fuimos amigas. Es confuso, lo sé.

Sé que hay amistades que van y vienen, otras que perduran, pero lo que sí tengo claro y meridiano  (como dice la canción de Grupo de Expertos Solynieve) es que a mí me gusta la gente sencilla y clara, sin subterfugios, quienes no dan rodeos para decir lo que sienten o te tienen que decir, pese a que me vaya a gustar o no lo que voy a oír. Eso es , desde mi punto de vista, lo que enriquece las relaciones. Se pueden tener puntos de vista diferentes, no estar de acuerdo en muchas cosas, sentirse dolido por algo, pero el diálogo es importantísimo,  y desde el respeto, siempre, todo y de todo se puede hablar.

Últimamente pienso mucho en la idea de que todo el mundo hace las cosas lo mejor que puede y sabe, y por eso trato de no ser intransigente. También hay gente que es muy radical, y cuando ( y mientras) algo le gusta ,le apasiona, y si algo le deja de gustar pasa a detestarlo. Incluso a veces yo he podido pecar de ser algo radical, pero nunca hasta ese punto, o al menos, no con las personas.

Ayer, alguien me decía que tengo que apartar de mi vida a la gente que no me aporta o que me resta, o a quienes viven en la eterna queja o se hacen los tristeresantes. En torno a esa gente hay que levantar un muro, o meterlos en una cajita. Yo soy muy visual y lo veo claramente en mi cabeza. Pero por si no fuera así, este vídeo que encontré ayer en internet lo expresa bastante bien. Esto es lo que habría que hacer con la gente ingrata o que nos resta.



¿Y vosotros, habéis tenido experiencias de este tipo alguna vez?

9 comentarios:

  1. Amigos que un día desaparecen.... sin más. A mi también me ha pasado y de hecho creo que yo también lo habré hecho en alguna ocasión. Es cierto que hay relaciones que se ve que no van a ningún punto, de las que a veces te cuestionas si en realidad fuimos amigos de verdad o no. También hay otras relaciones que se van apagando y que s veces no hay un adiós físico pero si emocional. Y otras que se evaporan y resulta difícil entenderlo. Creo que entiendo tus palabras.... aunque con el paso del tiempo, cada vez dejo más ir, entiendo que hay cosas que duran un tiempo,,que tienen un final... aunque a veces no es el que a mi me hubiese gustado.

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  2. Gente que llega y gente que se va sin avisar. Es habitual, como también dice Ítaca, me lo han hecho y yo lo he hecho.
    No se porqué se han ido, en la mayoría de los casos, pero yo si sé que me he ido porque en algunos casos me ataban a un pasado y un período de mi vida muy doloroso.
    Me ha encantado leerte.
    Me alegra que te haya gustado La Mantis.
    Saludos.

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  3. Totalmente, maja, esa gente mejor tenerla lejos, te comen por dentro. Y me quedo con lo de "tristeresantes", qué palabro más apropiado y cierto.

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  4. Cuánta razón tienes, aunque supongo que ya lo sabes... A veces cuesta separarse de las personas pero son ellas las que se separan, incluso sin dar explicaciones, como bien sabemos; y otras veces tenemos claro que lo mejor es poner tierra de por medio. Siempre me ha hecho mucha gracia esa frase que habla de lo que no se nombra, y no puedo estar más de acuerdo contigo porque efectivamente en ocasiones las cosas siguen estando ahí, por más que nos empeñemos en no nombrarlas... Y bueno, que me ha encantado el vídeo de la cacatúa, jajajajaja.

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  5. Hay muchas amistades que en realidad son de casualidad y en cuanto cambian un poco las circunstancian se acabam (compañeros de trabajo, de estudios, vecinas, etc) son cosas circunstanciales y muchas veces una de las partes esperaba algo mas.. es triste la verdad.
    La gente que resta bien lejos, yo ya estoy cansada de esa gente tan toxica.

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  6. Yo sí creo que todo tiene su momento. Hay ocasiones en que intentas recuperar a una persona y no hay manera. Dar gracias al universo por haberla puesto en tu vida y poco más...
    Y de las personas negativas también se puede aprender. Tú regálales cada día tu mejor sonrisa y verás como a la larga tu mundo también mejora... ;)

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  7. Lo que más me ha gustado de todo es que no usas una palabra que está muy de moda y que parece ser el escudo perfecto para todo, "la toxicida".
    Bueno, yo también he tenido experiencias similares, con una amiga la cosa quedó muy rara, lo dejé estar tiempo hasta que intenté contactar de nuevo con ella y la alegría fue que volvemos a estar mejor que nunca. Con otras personas... pues si no quieren ni dar una explicación o contar que sucede ¿qué más se puede hacer? Si intentas contactar tu ya has puesto todo de tu parte. Es cierto que se extraña, pero no queda otra.

    ¡Un besote!

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  8. Hace tiempo que no me hago problemas con amigos, desde que uno de ellos me dio su teoría del querer y el poder y la adopté como mantra! También creo que hay amistades circunstanciales y hay que aceptar que las circunstancias cambian.

    Pero te entiendo, chocan estas situaciones y te dejan una sensación rara contigo misma y eso no es justo. Por otro lado, amé la palabra “tristeresante” jajaja xD

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  9. Un antiguo amigo mio en la universidad ya decía que la amistad era efímera, entonces decíamos que ¡que osadía pensar así!...ahora igual creo que parte de razón llevaba (que no toda).
    Hay amigos que te acompañan por etapas, no somos los mismos, ni permanecemos exactos con los años. Cada uno hace su recorrido y hay algunos que logicamente se alejan, bien por distancia, desapegos, distintos intereses, malentendidos...
    POr suerte conservo algunas amistades de hace muchisimos años, pero es cierto que algo las caracteriza y creo que es lo que las ha hecho que sean fuertes: pueden pasar años o meses que despues cuando vuelves a hablar no hay artificialidad ni se ha perdido la confianza. Cada uno hizo su vida pero a veces nos encontramos y no es obstaculo que haya pasado un parentesis largo sin saber del otro, o estar en otro lugar y no tener noticias... No son necesarios tantos protocolos solo hablar y sentirse a gusto con esa persona.

    Llevas razón que deberíamos aprender a aceptar las perdidas, en cualquier tipo de relaciones... entender que la vida está para entrenarse en ello, aunque no es fácil cuando quieres a alguien. Me has recordado a un poema de Elisabeth Bishop "El arte de perder". Leelo es muy chulo.

    Un abrazo.

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