lunes, 17 de febrero de 2014

CRUZANDO PUENTES INVISIBLES

EL PUENTE INVISIBLE - Julie Orringer.

El pasado 2013 fue un año de buenas lecturas en general, y qué mejor colofón que terminarlo con el comienzo de este libro, que terminé ya en enero de este nuevo y que me ha parecido un libro maravilloso que no me canso de recomendar. Por eso no podía dejar pasar la oportunidad de dedicarle una entrada en mi pequeño espacio en la red.

"Andras Lévi, ingeniero y arquitecto formado en París, ha diseñado un puente invisible. Los materiales poseen una ligereza insólita y puede construirse en un abrir y cerrar de ojos. Es indetectable para las fuerzas enemigas." Esta es sólo una frase que aparece a mitad del libro y que para mí resume bastante bien esta historia. Es algo que a priori, tal vez no entederéis, pero si leéis el libro seguro que sí.

La historia que narra Julie Orringer es la historia de sus abuelos, lo hace bajo la forma de una historia preciosa, con unos personajes muy bien definidos, unas descripciones magníficas de unos escenarios que no lo son menos y un manejo del lenguaje que se echa de menos en historias similiares.

Es una historia sobre los judíos asquenazíes antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, transcurre entre Budapest y París, y la trama principal o el hilo conductor es la historia de amor entre Klara y Andras Lévi. Para mí ha sido una historia de 10, un libro redondo. Y me sorprende que sea un libro del que no se ha hablado mucho, o no haya sido un betseller del tipo "El tiempo entre costuras", "Palmeras en la nieve", o los de Ken Follet, aunque para mí éste los supera con creces.

Lo empecé a leer cuando me encontraba de vacaciones en París estas navidades, en un pequeño apartamento del barrio del Marais, concretamente muy cerca de donde habitaba Klara Morgenstern, lo cual también tuvo parte de culpa de que me quedara prendada de esta historia. Si bien he de decir que no es de esas historias que me ha atrapado desde las primeras páginas, sino que ha ido in crescendo a medida que la historia se desarrollaba.

"Andras Lévi llega a París con una beca, una sola maleta, y una misteriosa carta que ha prometido entregar a C. Morgenstern en la rue de Sévigné. Casi sin poderlo remediar, Andras se enamora de la destinataria de la carta, una profesora de ballet de pasado misterioso. Rápidamente, nace un vínculo indestructible entre ellos. Andras sabe que es demasiado joven, que nada le asegura un final feliz, pero la vida ya no tiene sentido sin ello".

Con esta introducción os encontraréis nada más abrir el libro, pero la historia que se narra durante las 736 páginas que componen el libro va mucho más allá de una simple historia de amor. Es una historia de amor con mayúsculas, a la familia, a los amigos, a los compañeros de fatigas.

Andras pertenece a una familia humilde originaria de la pequeña aldea de Konyár en Budapest, y gracias a una beca tendrá la oportunidad de empezar a formarse como arquitecto en París, al mismo tiempo que sus hermanos, Tibor y Mátyás sueñan también con un futuro prometedor y en libertad, aunque las circunstancias, lamentablemente no se lo van a poner fácil.

Andras dejará Budapest y se dirigirá a París con una misión que le ha encomendado Elza Hász, la esposa del director del banco, y que consiste en llevar un paquete a su nieto, que también estudia en París y una carta dirigida a alguien llamado C. Monrgenstern, que en la imaginación del joven Andras es un viejo amante de la señora Hász, sin embargo la destinataria es Clara, una profesora de ballet con un pasado misterioso.

A partir de ahí la historia empieza a cobrar sentido y resultar de lo más interesante. Creo que no adelanto nada si digo que desde el principio ya auguramos una historia triste, pues de la combinación judíos, Segunda Guerra Mundial, Budapest y París no creo que nadie espere otra cosa, pues el contexto histórico no permite dudas, y por supuesto los personajes se verán involucrados en los acontecimientos del período, que cambiarán su vida para siempre. Pero el planteamiento es muy interesante y los entresijos y las relaciones que se tejen entre los distintos personajes nos darán más de una sorpresa. Entre estos personajes están otros judíos que Andras conocerá nada más llegar a la universidad y que tendrán un peso importante en la trama: Polaner, Rosen, Ben Yakov, y otros que aparecerán más tarde como Mendel Horowitz, Ilana, Jozséf o Zoltan Novak.

Me cuesta mucho ser objetiva en mi crítica, cuando algo me apasiona, y este libro lo ha conseguido, me entusiasmo hablando de ello. Como no quiero desvelar la historia y sólo pretendo animar a leerlo a quien se pueda acercar a leerme a este pequeño rincón, os dejo con algunas frases del libro que me han gustado mucho.

"Andras quería creer que alguien observaba con compasión y horror lo que sucedía, alguien que podía cambiar las cosas si así lo deseaba. Quería creer que no todo dependía de los hombres. Pero en el fondo de su corazón sentía la fría certeza de lo contrario. Sí, creía en Dios, pero ahora el mundo era de los hombres. Lo usarían a su modo, vivirían o morirían por sus propios actos". 

"Las cosas que podía controlar eran pocas e insignificantes; era una partícula de vida, una mota de polvo humano, perdida en el límite oriental de Europa. Sabía que llegaría un día, quizás no muy lejano, en que le resultaría difícil seguir los consejos que había dado a József. Se dijo que debía pensar en Klara. Debía pensar en Tamás. Y en sus padres, en Tibor y en Mátyás. Debía fingir que no era algo inútil. Debía engañarse para seguir vivo; debía convertirse en una parte dispuesta a participar en la insidiosa ilusión del amor". 


Yo lo he leído en formato digital, pero también está disponible en formato papel, la edición que conozco es de la editorial Lumen y tiene el aspecto que podeís observar en la imagen.

Este texto es una creación propia de Devoradora de Libros y no está permitida su copia.
Este texto es una creación propia de Devoradora de Libros y no está permitida su copia.

1 comentario:

  1. Qué historia tan bonita, y la portada me encanta. Intentaré leerlo, creo que yo también puedo disfrutarlo mucho.

    ResponderEliminar

Cuéntame