jueves, 6 de marzo de 2014

DESTINO HACIA NINGUNA PARTE

SIN DESTINO - IMRE KERTÉSZ

Nacido en Budapest, Hungría, el autor fue deportado en 1944 a los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald, y aunque la novela "Sin Destino" no es autobiográfica, o no pretende serlo, contiene mucho de la vida o de las experiencias del autor que empezó a escribir este libro en 1975. En él se plasma la ficción como única posibilidad ante una realidad destructora y hostil. 



El protagonista, un niño de 14 años, a pesar de todo encontrará consuelo o felicidad en lo más nimio, en poder tomar una sopa de vegetales deshidratados (que al resto de compañeros horroriza), en hallar un rostro conocido en su deambular por los distintos campos de concentración, en un cambio de estación…

La historia comienza cuando poco después de la promulgación en Hungría de las leyes antijudías, tras el Anschluss (la anexión de Austria por Alemania en marzo de 1938) el padre de nuestro protagonista es deportado a un campo de trabajo, y él ha de asistir a todos los preparativos de dicho evento, cuando el día de la víspera su familia se reúne con él. György asiste a la reunión sin entender muy bien de qué va todo y oyendo los consejos de cuantos le rodean, ya que tras la marcha de su progenitor será él quien deba hacerse cargo de la familia, será el hombre de la casa, y tendrá que cuidar de la mujer de su padre (su madrastra) bajo la protección y el amparo del señor Süto. 

Si en estas circunstancias György no comprende nada, mucho menos lo hará después, cuando va viajando en un autobús que es detenido y junto a otros compañeros y sin ser consciente de qué está pasando será trasladado a un campo de concentración. Es ahí donde empieza, tal vez para el lector la odisea de sufrimiento y calamidades, aunque no así para él que vivirá los acontecimientos de otro modo, y al principio no ve en todo lo que le ocurre más que una mejora de sus condiciones.
 
Comienza su deambular por distintos campos de concentración y nos narra en primera persona cómo va viviendo cada hecho, como cree que va a acceder a un trabajo mejor de manos de los alemanes, que al principio representan para él el orden, la disciplina, el saber hacer, y como poco a poco la realidad más cruel se va mostrando antes sus ojos. 
Como un alter ego del autor pasará por los campos de Auschwitz y Buchenwald, y por alguno más, estableciendo sutiles, y a veces no tanto, diferencias entre unos y otros. 

Todos los detalles que os pueda ofrecer a partir de aquí estarían de más, puesto que para eso ya está el libro o podéis obtener información en distintas páginas webs, pero lo que quiero destacar en esta opinión no es la historia ni desvelaros nada más de la misma. La grandeza del libro, al menos para mí, estriba en la naturalidad con la que el autor, a través de los ojos de György, nos hace ver determinados hechos que son para nosotros monstruosos, espeluznantes, y que son uno de los episodios más crueles de nuestra Historia, al menos Contemporánea. Gente que muere de hambre, maltrato, humillación…pero no serán estos hechos en los que fije su atención nuestro protagonista, que tendrá puestas todas sus intenciones y atenciones simplemente en sobrevivir, en pasar los días. Pero no lo hace de una forma establecida, sino llevado por la inercia de los días, como un día sigue al siguiente, y como por "destino", por "azar" o por "pura suerte" György será un superviviente en las más míseras y penosas condiciones.
 
El libro es sin lugar a dudas una historia de supervivencia ante la más enorme adversidad, y como cuando uno está a punto de ser aniquilado desde todos los puntos de vista (moral, físico…) puede encontrar felicidad (o algo parecido) en lo más sorprendente, en lo más pequeño. Es una muestra de la enorme capacidad del ser humano para sobrevivir a pesar de todo, es sacar fuerzas de flaqueza. Como he oído alguna vez, y como en otras palabras he dejado reflejado en alguna otra opinión, es la infinita capacidad del ser humano, incluso sin ser consciente de ello de salir a flote, en palabras de William James, ""la mayoría de la gente vive - ya sea física, intelectual o moralmente - en un círculo muy restringido de sus posibilidades. Todos nosotros tenemos reservas de vida con las que ni siquiera soñamos".
Destaco del libro la facilidad y sencillez en que nos narra estos acontecimientos de nuestra Historia más reciente, y que tanta literatura y filmografía ha generado, sin caer en tópicos ni estereotipos, sin buscar la lágrima fácil, ni tan siquiera la pena o el enfado en el lector, sino simplemente a través de la encadenación de una serie de acontecimientos, o más bien calamidades, que son contadas sin artificio, con total naturalidad y como si se tratase de algo cotidiano y que estamos acostumbrados a ver o a vivir, cuando realmente no es así.
 
Escrito en una prosa fácil, que huye de artificios o de palabrería, fondo y forma se dan la mano, desde la sencillez de la historia y la del lenguaje.
Recomiendo encarecidamente su lectura, una lectura fácil, amena, tranquila, y que no nos dejará indiferente, nos sorprenderá por momentos y nos hará incluso a veces esbozar una sonrisa ante los pensamientos del protagonista ante las situaciones más desesperanzadoras que podamos imaginar.

Para muestra un botón:

"Existen situaciones en que parece imposible que se puedan agravar o empeorar. Yo mismo, al cabo de tanto esfuerzo, de tanto afán, de tanto empeño, acabé encontrando la paz, la tranquilidad y el alivio. Ciertas cosas, por ejemplo, que antes me habían parecido sumamente importantes, perdieron por completo su significado para mí. Así estando en la fila durante el recuento, si me cansaba y sin mirar si me encontraba en medio de un charco o si había barro, me dejaba caer, me sentaba y me quedaba sentado o acostado hasta que mis vecinos me levantaban a la fuerza. No me molestaban ni el frío, ni la humedad, ni el viento ni la lluvia: simplemente no me llegaban, ni siquiera los sentía. Desapareció hasta el hambre, me seguía llevando a la boca todo lo que encontraba, todo lo que fuera comestible, pero sin prestar atención, como por costumbre y de manera mecánica. Si tenían algún inconveniente, lo más que podían hacer era pegarme, y con eso tampoco me hacían mayor daño, sólo me hacían ganar tiempo, puesto que con el primer golpe me acostaba en el suelo y ya no sentía los otros porque me quedaba dormido".


La obra en España la encontramos en la Editorial Acantilado, editorial que ha traducido al castellano varias de las obras de Kertész, una edición en bolsillo de la que desconozco el precio, ya que lo tomé prestado de la biblioteca. Y por último sólo mencionar, aunque no me parece lo más importante, que el autor recibió el premio Nobel en 2002. 

Total y altamente recomendable.

Nota: ya publiqué esta reseña en Ciao.es con anterioridad, así como en mi blog de clases del instituto.

Besos y buen fin de semana (que ya está aquí).

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